Nadie duda hoy por hoy que la situación política de Cataluña requiere de un buen resultado el próximo 18 de junio. Un buen resultado de la mano del SI. Cualquier otro resultado no es bueno para el gobierno, pero tampoco lo es para la oposición.
Si el resultado es escaso, Cataluña quedará abocada a un largo periodo de inestabilidad, de poca credibilidad exterior y, por consiguiente, de pérdida de peso político en el conjunto del Estado.De ello somos conscientes los que damos nuestro apoyo al SI. Los del NO buscan otros equilibrios, persiguen otras metas, incluso antepuestas al interés general.
El PP sonrie ante la posición de Esquerra Republicana. El NO de la derecha que tiene mucho de caverna, de COPE, de Jiménez Losantos y del aznarismo más belicoso y rancio puede verse incrementado por una suma de NOes, que provengan de la izquierda independentista. No será un paseo para los promotores del NO, pero será una larga experiencia negativa que podemos llegar a pagar entre todos.
Más allá del ruido mediático, de los discursos mesiánicos de Carod Rovira y de los apocalípticos discursos de Rajoy, el país se juega mucho.
ERC puede verse abandonada por muchos de sus votantes, que con un mayor compromiso con el país, estén dispuestos a dar mejor respuesta que la que su partido ha sido capaz de elaborar.Esta vez el discurso engolado, la mirada traspasada de esencias y las apelaciones continuas a la patria de poca cosa servirán a los líderes independentistas para atraer el voto de muchos de sus seguidores de las últimas contiendas electorales.De ahí ese rostro atribulado de Carod Rovira, queriendo el SI, buscando distanciarse del PP y acabando en un NO, que puede ser conceptualmente diferente pero que se escribe también con las dos mismas letras y dice exactamente lo mismo. En esa desgraciada similitud ( y en sus posibles consecuencias) residen las tribulaciones de Carod Rovira.
Mientras tanto, siempre que puede, Piqué rie. És, de todos los dirigentes del PP, el que más rie.No sé bien de que rie. ¿Pero no lo habéis visto?. Cuando la recogida de firmas contra el Estatuto en Cataluña, reía. Cuando su grupo perdió las votaciones en el Pleno del Congreso y se quedó en la más dura de las soledades, él reía. Cuando dirigentes destacados de su partido lo pusieron contra las cuerdas y vinieron a Barcelona, junto a Vidal Quadras, para denostar la mayoria catalana partidaria de la reforma estatutaria y nuestro sistema de convivencia, Piqué también reía. Hace unos días, en la Feria de Abril, acompañando a su actual jefe de filas, no sé de qué ni por qué, él sólo reía.
Es magro el futuro inmediato del PP en Cataluña dicen las encuestas. Y las encuestas aunque no son siempre de fiar, marcan tendencias. Ante ellas Piqué rie muy contento con su cartel del NO al Estatut. Ya veremos , si no se cumple aquello de que quien ríe último... rie mejor...
domingo, mayo 07, 2006
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