LA HORA DE LOS CATALANES

El pasado sábado los socialistas catalanes votamos y aprobamos la candidatura del compañero José Montilla para presidente de la Generalitat. Fue un acto espléndido. "Rodó" como decimos en catalán. Fue un acto emotivo, justo, serio, con el rigor que merece el debate en el ámbito político de un partido. Tuvo carga ideológica. Fue un acto para empezar a explicar no sólo el programa sino, también, los objetivos que perseguimos los socialistas catalanes para la nueva etapa que se inicia.
Maragall estuvo preciso y claro. Cumplió con las expectativas de aquellos que consideramos que debe continuar siendo, en estos meses, un presidente ejemplar en el Govern i un presidente comprometido con el nuevo objetivo en el Partido.
Montilla tampoco defraudó. Su discurso fue un buen discurso, un discurso sin complejos, un discurso con un objetivo claro : conseguir para el PSC la victoria el próximo 1º de noviembre.Una victoria amplia y suficiente que le permita aglutinar las voluntades progresistas para continuar ampliando el modelo de gestión iniciado en el 2003 por Maragall. Un modelo que tiene como norte la resolución de los desequilibrios sociales de nuestra sociedad y la potenciacción de las garn capacidad empredendora de nuestro país.
Montilla sabe que los ciudadanos esperan un mensaje de más y mejores servicios públicos : de más y mejores escuelas públicas, de más y mejores hospitales, de más transporte público, de más vivienda social, de más ocupación de calidad . Montilla tiene como reto, también, convencer a la mayoría del electorado de que el PSC es el verdadero baluarte del frente político que ha de desarrollar el nuevo Estatuto.
La situación anímica, sicológica y política, del PSC, es de entusiasmo tranquilo. Debemos ir a todas partes a explicar estos objetivos, estas metas. Debemos hacer participar al máximo de gente de esta rápida e intensa marcha política. Tenemos trabajo, pero debemos hacerlo sin urgencias, aunque sin pausas.