domingo, diciembre 10, 2006

HA MUERTO EL DICTADOR PINOCHET

Hoy ha muerto Augusto Pinochet.
Ha muerto exactamente el dia internacional de los derechos humanos. Todo ello, parece, una brutal ironía de la historia.
Con él ha muerto una feroz simbología de represión, de muerte, de destrucción de la esperanza.Su vida política significó la muerte y el dolor de mucha gente.
Ha muerto un símbolo del terror y de la injustícia. Ha muerto un emblema de la deslealtad institucional. Ha muerto un criminal de la democracia y de la convivencia pacífica.
Además , ha muerto un corrupto, un expoliador de los recursos de su país y de su gente.
Pienso en muchos amigos chilenos...
Pienso, y tiemblo cuando pienso, en tanta y tanta gente que sufrió a causa de la durísima dictadura chilena.
Pienso en un par largo de nombres que no tienen olvido : en Victor Jara, en Orlando Letelier. Pienso en el Gral. Carlos Prat, asesinado en Buenos Aires, por mandato del sanguinario dictador.
Pienso, también, que él no estuvo solo. Y pienso que la sombra de la justícia (que es alargada) llegará antes o después a poner( negro sobre blanco) orden en los renglones torcidos de tanta infamia.
Pienso en los amigos chilenos de Xarxa Latina. Me los imagino mudos, quietos, hieráticos. Siempe que muere un dictador nos entran unas ganas enormes de gritar...pero nos contenemos por el peso terrible de sus víctimas.
Las víctimas de tanta masacre estarán siempre ahí. Sólo la justicia podrà quitarlas suavemente del corazón para ponerlas en el sitio imprescindible de la memoria colectiva.

1 comentario:

Raúl Segura dijo...

Totalmente en sintonía con tu argumentación compañero. No solamente se trata de uno de los mayores asesinos y represores de la segunda mitad del siglo XX, sino que conforme han ido pasando los años se le han ido añadiendo adjetivos como ladrón , cobarde y miserable que sobradamente se ha ganado. Su muerte por mucho que le haya llegado sin condenas judiciales, ha sido testigo de la mayor de las condenas que a un viejo dictador le pueden llegar: La condena internacional y el cerco judicial a todo lo que respirase aire golpista. Su hija investigada por el caso de las cuentas del banco americano Giggs, su nieto expulsado del ejercito por sus manifestaciones enaltecedoras de la figura golpista, y un largo etc de procesos judiciales que seguirán a su familia a lo largo de los tiempos. Su muerte no es más que el ocaso de los intocables en Chile. Lástima que desde el infierno no pueda ser testigo de su castigo. Como dijo Allende en su despedida "mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor". Ha llegado la hora de la justicia. Un saludo