Es cierto que la ofensiva de la derecha es intensa en todos los ámbitos. Es real que sus intentos buscan crear la alarma social en ciertos sectores. Es constatable que quieren incluso hacer servir la xenofobia como arma electoral.Es lamentable que estos hechos se produzcan en un país democrático, como el nuestro. Es preocupante que esta campaña la lleven a cabo dipuatdos y/o diputadas representantes de la ciudadanía, de toda la ciudadanía.
Hace pocos días, el Conseller Saura planteó la posibilidad de integrar 30 mossos d'esquadra, nacidos fuera de España, a la plantilla actual del cuerpo. Es una iniciativa que tiene como finalidad atraer al cuerpo a nuevos profesionales, ya que a nadie escapa que la demanda profesional en materia de cuerpos de seguridad ha descendido de forma alarmante. Este hecho es aún más claro, cuando, junto a esta noticia, el Deparatment de Interior anuncia la salida a la calle de 250 mossos que están hoy dedicados a tareas administrativas. A su vez, la medida plantea iniciar una línea de trabajo de acercamiento cultural y social a los nuevos colectivos ciudadanos de emigrantes que viven hoy en Cataluña.
A partir de este momento, la derecha ( la nacionalista de CIU y la del PP) han hecho sonar todas las alarmas. Para ellos, se trata de mantener a toda costa la pureza de sangre del "ejército" patrio. El hecho me hizo recordar la guerra de secesión americana, cuando el ejército yanqui discutió hasta el agotamiento la incorporación o no de soldados negros al ejército antiesclavista. Paradoja y discordia generalizada. Un negro entonces podía servir en trabajos de apoyo al ejército pero le estaba vedado el acceso a la carrera militar...
El debate es impropio de nuestra sociedad y las reacciones de ciertos parlamentarios de la derecha no hacen más que avergonzarnos.Montserrat Nebrera o Nuria de Gispert, para citar dos de los ejemplos más alarmantes, con sus declaraciones, no hacen honor a la larga tradición de tolerancia y de integración de la sociedad catalana.Su comportamiento me produce alarma, porque con sus posiciones no hacen más que dar alas al pensamiento ultra que, por desgracia, aún tiene residuos visibles en nuestra sociedad.
Como ciudadano, lo que espero de un mosso o de una mossa d'esquadra es profesionalidad y eficacia en la defensa del derecho que tengo a vivir seguro. Estas dos cualidades no las otorga el origen, las posibilita la formación, la práctica continua del derecho y el diseño de una política pública de seguridad entendida como política social.
Por ello, considero que este debate es un debate estéril. Es un debate para distraer la atención pública de aquello que preocupa a la sociedad catalana : vivir con mayores niveles de seguridad.
Los ciudadanos y las ciudadanas necesitamos buenos policias, competentes. Es en este empeño que debemos valorar la obra del Govern y del Conseller Saura. En este ámbito, haciendo un seguimiento exhaustivo de sus resultados, sí que nos encontrarán a aquellos que nos consideramos demócratas y que practicamos la tolerancia como fórmula de convivencia pacífica.
miércoles, enero 24, 2007
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