El compañero Miquel Iceta interrogaba en su crónica del pasado domingo sobre muy diversos aspectos de la gestión del Presidente Zapatero. Interrogaba i apelaba a la memoria de una lista de logros y de características de su gobierno que defienden por si solas su gestión. Remito a todos los que quieran leer este texto a localizar el diario de Miquel y a disfrutarlo.
Yo quiero abundar en este tema.
Zapatero sucedió al gobierno de Aznar, después de ocho años de fuerte conservadurismo y con claros síntomas de involución social y política. El engaño brutal sobre el brutal atentado de Atocha puso fin a un período político que rozó la triste fama de la infamia.
España entera se despertó conmocionada y herida después del 11 de marzo y el día 14 ( tres días después) la decisión ciudadana expresada en las urnas permitió dar un giro radical a la cosa pública, un golpe de timón a la vida política del estado. El regreso de las tropas de Irak, la consulta al Parlamento sobre las grandes decisiones internacionales, el impulso de grandes reformas en materia de derchos civiles, la aprobación y el desarrollo de la ley de la dependencia, la lucha contra la violencia de género, las políticas ambientales convencidas, la reforma estatutaria en Cataluña, Anadalucía, Comunidad Valenciana, Comunidad Balear, etc., las inversiones en grandes infraestructures ( de forma destacada en Catalunya). Y sobre todo una buena política de gestos que hoy conforman el perfil, a nivel mundial, de una España a la altura del siglo XXI ( paridad de género en el gobierno, defensa de los grandes acuerdos internacionales contra la pobreza, contra la violencia, contra el cambio climático). Desde los primeros gobiernos de Felipe González, no recordábamos un volumen de cambios tan considerable. Si la obra de Felipe fue ( y es) el referente de la modernización y de la europeización de España, la obra de Zapatero va dirigida a convertirse en el referente de la política de la nueva izquierda euroepa social y política surgida después de la caída del muro de Berlín.
La crisis económica ha venido a poner un fuerte desorden en la vida económica y social en España y en Catalunya . La posición del Presidente ha sido clara : la prioritat son las personas. Gran parte de las decisiones del gobierno van dirigidas a complir este objetivo. Más de 200 medidas para hacer frente a la crisis. Entre ellas una de enorme importancia y que con frecuencia olvidamos: la garantía de los depósitos bancarios, de los ahorros de todos, hasta un máximo de 100.000 euros. Poca broma y seguridad suficiente.
Las ayudas a las personas, sobretodo la ampliación de la cobertura por desempleo, no sólo es una medida de impacto social. Los 700 millones de euros a que asciende el pago de un subsidio complementario de 420 euros a las personas desempleadas son una inyección importante en el consumo y en la consolidación ( como mínimo) de empleo en el sector servicios.
La derecha grita y se desgañita pidiendo elecciones anticipadas. Alguien desde el mundo financiero rema en esa dirección marcada por la oposición. Creo que deberíamos preguntarle al Sr. Quintàs más que por sus opiniones políticas ( a las cuales tiene derecho, faltaria más) por el destino de los millones de euros que el Gobierno concedió a las entidades financieras ( en préstamo, con condiciones ) para facilitar las condiciones de acceso del crédito a los ciudadanos y a las pequeñas y medianas empresas. En el momento que el acceso al crédito mejore, tanto para el consumo como para la inversión, la situación repuntará. Más rigor, más trabajo, por tanto. Y menos demagogia.
El Presidente Zapatero capitanea una nave que atraviesa hoy aguas turbulentas. Los golpes de la tormenta son intensos, pero al parecer ya se puede albirar la mar más calma. Es seguro que a causa del vendaval, la nave deberá pasar unos días en el dique de reparaciones, pero continuará navegando. Y bien. Y con confianza.
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