El conflicto entre Palestina e Israel lleva ya camino de enquistarse, de convertirse en crónico. No hay fenómeno más doloroso ni más terrible que un público ( el del mundo de hoy) que se acostumbra a la muerte sistemática, diaria, de gente inocente, humilde, pobre...en la tierra palestina.
Yo quiero hacer llegar mi voz, también dolorida y angustiada, por un drama que toca a tanta gente que sólo aspira ( como el común de las personas) a vivir en paz, a realizar sus proyectos personales y a participar en causas colectivas que incrementen su cultura, que respeten su religión y que no se opongan a su posible felicidad.
Con ello no me estoy refiriendo a ninguna organización política ni militar judía o palestina. Me estoy refiriendo a la gente humilde y sencilla a la que le tocó en suerte ( o en desgracia) vivir en una tierra que es un perpetuo calvario. A ellos y por ellos empiezo este artículo con unas flores blancas.
Como ciudadano y demócrata rechazo toda forma de violencia. Y como político, pido y exijo que acabe la masacre de la gente de Gaza. Mi temor es que hoy la muerte se pasea por Gaza. Dentro de muy poco ( mi temor es grande y fundado) la muerte viajará por toda Gaza y también por Israel.
Mi pregunta es : ¿ Cuánta gente anónima no tiene voz en esta guerra? ¿ Cuando tendrán voz suficiente aquellos ( y no son pocos) que buscan una salida más allá de la destrucción y de la barbarie?
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