martes, diciembre 19, 2006

AIR MADRID O COMO EXPLOTAR LA EXPECTATIVA DE LA GENTE QUE MAS NECESITA

Soy de aquellos que viaja en avión con una cierta asiduidad. Debo reconocer que el transporte aéreo ha tenido un crecimiento espectacular y que ha pasado de ser el transporte de las clases medias y de las acomodadas a ser ya un medio de transporte popular. También tengo, desde hace un tiempo, la percepción de que las cosas no van bien en los aeropuertos, ni con las compañias aéreas, ni con las ofertas comerciales de viajes en avión, ni con las agencias de viajes.
La entrada de las líneas low cost en el transporte aéreo han significado una pequeña revolución copernicana en materia de transporte de pasajeros. En el ámbito europeo y en los niveles de competencias comerciales de rutes de corta duración, la oferta del bajo coste se ha mostrado realmente competitiva. Al parecer, incluso, las compañías obtienen importantes beneficios, algunas de ellas incluso cotizan en bolsa, etc. Pero en el largo recorrido y, en especial en los vuelos transoceánicos, el bajo coste no da los mismos resultados... al parecer.
Lo que ha pasado estos días con Air Madrid es una muestra dolorosa de qué niveles puede alcanzar la indefensión del consumidor. Las ofertas de viajes a precios económicos para grandes distancias son un producto maleable, a veces engañoso y muchas veces de baja calidad. El drama está en que todos, o casi todos, lo sabemos. Lo sabe el Estado, lo saben las compañías, lo saben las agencias de viaje...lo padecen los usuarios. Y no todos los usuarios, sino más frecuentemente los usuarios con menos recursos. No quiero caer en la demagogia, pero es evidente que la fortuna es reacia con los que más la necesitan.
Mi temor es que esta situación sirva para encarecer aún más los billetes de avión para viajar a los países de origen de muchas personas que viven y trabajan en Cataluña y en España. Esta crisis puede servir de pretexto, con más compañías volando, con más oferta de vuelos, para una nueva subida de precios, que ya han crecido en los últimos cinco años de forma considerable. Si en temporada baja un billete a Buenos Aires o Montevideo, por ejemplo, hace cinco años, oscilaba entre los 500 ó 600 euros, hoy, este mismo trayecto, en la misma temporada, suele situarse por encima de los 800 euros.
Esperemos que esta crisis de Air Madrid sirva para reflexionar sobre la loca carrera de ofertas "truchas" ( falsificadas , de mala calidad) que han invadido el mercado. Los efectos positivos de las mismas van a parar a las arcas de agencias y compañias. Los negativos, a migrar los recursos de los consumidores. Debemos exigir una mayor transparencia y solvencia en el mercado de venta de billetes de viajes, así como un estricto control de calidad de sus ofertas.
En esta hora muchos nos exclamamos. Eso es como "acordarse de Santa Bárbara cuando truena". Pero la falta de control en un mercado libre es causa de muchos conflictos sino somos capaces de garantizar y de regular la calidad de las ofertas.
La ministra Alvarez ha actuado con rapidez y con eficiencia. Ha habido por su parte una respuesta inmediata. En Cataluña, el Departamento de Economía ha implementado los mecanismos de excepción, necesarios para informar y para asesorar a los afectados. Es una reacción correcta. Pero todo ello no esconde que debemos establecer mecanismos más estrictos con las empresas irresponsables o de escasa solvencia a fin de proteger los derechos de los ciudadanos.

No hay comentarios: