Hace ya unos días que regresé de Uruguay donde tuve la oportunidad de participar en el Congreso del Frente Amplio en representació de los comités de la Zona 3 ( 6 comités de Europa y 1 de Oceanía).
La experiencia de participación ha sido de enorme interés. Después de casi 30 años viviendo en Cataluña y después de 18 años de militancia en el PSC( Partit dels Socialistes de Catalunya)he reiniciado mi trabajo político entre mis compatriotas uruguayos.
El Congreso ha sido, para mi, un profundo descubrimiento personal y político. Una gran participación, un debate intenso, una puesta a punto del programa de acción gubernamental para un megapartido ( como es el Frente) que debe responder a las necesidades de todos los uruguayos.
He percibido al Frente Amplio como una fuerza política más a la izquierda que su gobierno.Ello no es ni más positivo ni más negativo, sino que es un hecho contastable. Gobernar no deja de ser el arte de lo posible y gobernar en Uruguay, significa connectar con una sociedad fundamentalmente moderada, de profunda convicción democrática, antimilitarista por excelencia, educada, exigente, sufrida.
La sociedad uruguaya, el pueblo uruguayo necesitan de este gobierno de hoy. Es un gobierno con un discurso de reforma, ordenado y plural. Considero que la fuerza política le ha de seguir en el esfuerzo y en el objetivo del cambio : hacer un país productivo para continuar impulsando y ampliando la reforma social.
En estos dos años y medio de gobierno el trabajo ha sido extraordinario. La reforma de la salud que empieza a regir el próximo año, el incremento del presupuesto de educación que se ha multiplicado por tres o la ampliación de la cobertura de la pensión a la vejez a personas con más de 65 años ( hoy el límite para acceder está en los 70 años) son tres de las muchas muestras del crecimiento de una cobertura social pública que los gobiernos de la derecha dejaron bajo mínimos.
Pilotar un país que quedó en situación de bancarrota económica y de empobrecimiento social no es nada fácil. La buena marcha de la economia ( básicamente de la exportación), el saneamiento de las cuentas públicas, la recuperación de 15.000 puestos de trabajo son buenos índices.
Por ello creo que el Frente, desde su enorme potencialidad y desde la enorme riqueza de su pluralidad, debe trabajar codo a codo con el gobierno. Debe revisar su programa de acción y su sustento ideológico y concentrar el esfuerzo en trabajar por el Uruguay activo y social posible e innovador.
Las ideas de la izquierda política uruguaya se deben traducir en proyectos de la mayoría social. Debemos hacer dos grandes esfuerzos : frenar la emigración de los jóvenes al exterior ( 17.000 en lo que va de año) y consolidar las políticas del retorno activo. Son las fórmulas imaginativas para desarrollar nuestras iniciativas, la apertura ideológica y política y la apuesta decidida por la gente más joven las que moverán el país del futuro.
Espero y deseo que se siga este camino. El Uruguay necesita ahora una rabiosa modernización de sus formas de trabajar y de gobernar que se puede obtener dando paso a las generaciones más jóvenes.El Frente Amplio, a su vez, necesita devolver la voz a sus bases más jóvenes. Los jóvenes del Frente lo han dicho. Yo estoy decididamente con ellos.
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