La posición del PP en relación con la immigración sigue siendo muy autoritaria, de corte predemocrático.No reconoce los derechos más elementales de las personas. No respecta los derechos universales del individuo. Deja de dar garantías a trabajadores y a famílias y, lo que aún es peor, introduce en el debate electoral, el objetivo de construir una sociedad con dos o más velocidades de ciudadanía.
Corresponde a la política hacer la pedagogía de la convivencia. Todos los seres humanos somos iguales, sin distinción de género, de raza, de religión, de orientación social ni de origen. A igual trabajo, nos debe corresponder igual salario. Todos tenemos derecho a una atención sanitaria de carácter universal y a poder asistir a unos centros educativos integradores y laicos que puedan garantizar el derecho universal a la educación.También tenemos derecho a una vivienda digna, en condiciones.
No sé exactamente que quiere decir la derecha con la obligación de cumplir con nuestras tradiciones. Somos millones los españoles que vivimos a nuestro aire, respetando a los demás y sin cumplir con ninguna tradición.
No sé exactamente que quiere decir con "instruir"a los emigrantes. Muchos de ellos llegan al país con un conocimiento sobre él muy superior al que tiene la media de los ciudadanos españoles. La derecha sabe muy bien que la tensión social la beneficia y que la cohesión y la integración social reduce su campo de acción.
En tanto que defensor de los derechos de las personas y convencido de que la igualdad y la justicia social nos harà más libres, rechazo los derechos por razones de origen como los rechazo por razones de sangre o de cuna. Los derechos de las personas, los tenemos en tanto que somos personas. Y ello debemos defenderlos.
Le Pen ha surgido brutalmente hoy en España. Debemos evitar que crezca y que se consolide. Como demócratas debemos combatirlo con toda nuestra fuerza.
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