viernes, noviembre 07, 2008

REFLEXIONES SOBRE EL TRIUNFO DE OBAMA


La primera vez que oí hablar de Barack Obama fue por boca del President Maragall. Recuerdo que en un encuentro empresarial en el Fira Palace, de Barcelona, y en presencia del Presidente Zapatero, Maragall citó por primera vez la noticia aparecida en medios americanos. Pocos retuvimos el nombre, el momento y el gesto del President, pero unos años más tarde esa cita, aparentemente perdida en el discurso maragalliano, ha adquirido una especial relevancia. Maragall con su fino olfatopara detectar nuevos fenómenos políticos, había olido algo en ese anuncio que se fue convirtiendo en realidad.

El martes pasado Obama ganaba claramente las elecciones americanas y una euforia empezó a recorrer la sensibilidad política a USA y en el resto del mundo. Un hombre negro, con una personalidad tranquila esculpida a base de esfuerzo y trabajo, nacido en Hawai y formado en Indonesia, llegaba a una de las máximas responsabilidades políticas del mundo : pilotar la política de la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.

Me sumo a aquellos que opinan que un aire de cambio político puede instalarse en la principal potencia occidental. Pero también me sumo a aquellos que, una vez pasada la enorme euforia de simbolismo que ha acompañado al resultado del 4 de noviembre, considera que el nuevo presidente debe dar con inmediatez los primeros mensajes de cambio político.

La credibilidad en política tiene, muchas veces,un periodo corto de caducidad y por ello se debe aprovechar al máximo el buen viento y la buena mar.

Yo personalmente quiero saber qué propuestas nos hará Obama sobre la disminución y/o la desarticulación de conflictos bélicos en el mundo ( Afganistán e Irak provocados por la misma intervención de Bush), sobre las medidas globales que se han de impulsar para salvar la calidad del ambiente y luchar contra el cambio climático, sobre cómo piensa atender la situación de más de 12 millones de inmigrantes ilegales en su propio país, sobre de qué manera se puede dar un impulso a la paz en el oriente medio o a la grave situación de un continente sumido en la pobreza como en el caso de Africa o sobre cómo ayudar, desde los instrumentos financieros mundiales, a los diferentes estados que lo necesitan ( en Europa también los hay) a atender los profundos desequilibrios sociales que está generando la crisis económica y a contener los conflictos internos que dicha situación desgraciadamente puede generar.

Ahí está la piedra de toque del gobierno de Obama a partir del próximo 20 de enero. Como decía un personaje de la magnífica película La batalla de Argelia, de Gillo Pontecorvo, el reto no está en la etapa de lucha para producir una revolución ( esta es la etapa fácil) el gran reto está en la etapa posterior aquella en la que corresponde llevar los cambios a la práctica, hacer realidad el cambio prometido.

A los progresistas del mundo nos corresponde, hoy, estar al lado de Obama. Estoy convencido.

No hay comentarios: