Hace ya una semana que el Congreso del PSOE aprobó, entre otras medidas de fomento de la cohesión social y política, desarrollar los mecanismos normativos, legislativos y de gobierno para que los inmigrantes puedan acceder al derecho al voto en las elecciones municipales.
Es una excelente noticia que busca garantizar una moyor equidad en materia de derechos políticos para todos aquellos que residen en el país.
Ahora resta por ver su implementación, que deberá despejar como mínimo dos incógnitas. Por un lado, cuál es el período mínimo de residencia para poder acceder al derecho al voto. Por otro, cuáles son las medidas que se deberán establecer, siguiendo el principio de reciprocidad, para ampliar el número de tratados y/o convenios internacionales con los países de origen de los residentes a fin de implementar el mismo derecho en ambos estados para los originarios de uno u otro estado.
Tengo la duda de si el derecho del voto a un residente debe ligarse o no a los tratados de reciprocidad de España con el país de origen. Entiendo que una persona no puede tener limitado un derecho a causa de que su país de origen no accepte el concepto de forma recíproca. Creo que se pone en duda la capacidad de profundización democrática de una sociedad, estableciendo este tipo de exclusiones. De todos modos, el debate está servido.
La recepción pública de la medida es buena. Más de un 60% de los ciudadanos españoles entrevistados son partidarios de extender el derecho al voto entre los residentes en el país, siendo ello una prueba fehaciente de la capacidad de integración de nuestra sociedad. Con estos resultados, creo que los poderes públicos ( el gobierno, la oposición, el parlamento)ya deben ponerse manos a la obra. Es la hora de avanzar en la calidad de nuestra democracia incorporando a la capacidad de decisión sobre nuestras soluciones colectivas a todos aquellos que lo deseen.
Por ello, y de todo ello, esperamos pronto noticias y propuestas.
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