Hay tres ámbitos en las que ha destacado el primer gobierno del Presidente Zapatero : la defensa de los derechos humanos, el desarrollo de nuevos derechos y libertades civiles y el impulso de profundas políticas sociales.Los tres elementos han marcado sus cuatro primeros años y han impulsado el debate sobre el crecimiento del estado social y de libertades en España.
En el campo de los derechos humanos, además de la retirada de las tropas de Irak que he señalado en otras ocasiones, es remarcable la legislación aprobada para reducir una lacra social: la violencia doméstica, en especial la ejercida contra la mujer.
Una concepción liberal de la sociedad y del rol del individuo ha permitido, de forma paralela, la aprobación y la puesta en marcha de importantes reformas legislativas. La reforma de la ley del divorcio, el derecho al matrimonio para las parejas homosexuales o el impulso de las medidas para obtener mayores niveles de igualdad para la mujer son algunos de estos ejemplos.
En el campo social creo que lo más destacado es el despliegue de la ley de fomento de la autonomía personal y de prevención de la dependencia, más concocida como ley de la dependencia. Pero no se acaba aquí su obra social. Las ayudas de 2.500 euros por cada nuevo hijo, la subida del salario mínimo hasta los 600 euros, el incremento de las pensiones más bajas, el nuevo paquete de medidas para posibilitar a los jóvenes el acceso a la vivienda favoreciendo así su emancipación, son otras medidas que permiten ampliar el estado del bienestar español, inferior aún en dimensión y en capacidad de respuesta al de otras democracias avanzadas cuyo ejemplo debemos seguir.
La obra de Zapatero ha provocado la reacción de la derecha política y el endurecimiento del mensaje por parte de sus dirigentes civiles, políticos y religiosos. Por ello, las próximas eleciones del 9 de marzo significan algo más que un encuentro con las urnas para evaluar el trabajo de un gobierno y el nivel de cumplimiento de sus objetivos y sus compromisos. El 9 de marzo se enfrentan, papeleta electoral en mano, dos concepciones antagónicas sobre el model social y político para España. El primero, basado en una concepción ampliamente liberal y progresista y otro, construido sobre el más duro conservadurismo. Si el primero avanza, España avanzará aún más. Si el segundo vence, el retroceso político y social está servido. Nadie puede equivocarse.
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